Toná
La Toná es un Palo flamenco matriz, es decir, el originario de otra serie de palos posteriores. Es, por tanto, una de las formas más antiguas del flamenco.
Origen
Su origen se sitúa en los romances castellanos, adaptados por los gitanos bajo-andaluces como propios y denominados corríos. Etimológicamente, toná deriva de tonada, es decir, acento musical. Su desarrollo hasta convertirse en un cante gitano tiene lugar durante el siglo XVIII, pues algunos autores hablan de que, hacia comienzos del siglo XIX, existían unas 33 clases diferentes de toná, atribuidas a gitanos de Jerez o Sevilla, aunque muchas de ellas no han llegado hasta nosotros ni han podido ser identificadas.
Todas las tonás que se conocen hoy en día responden a una misma línea melódica, diferenciándose exclusivamente por las letras.
De la toná provienen, directamente, palos como la Saeta, el Martinete, la Debla y, en general, los cantes sin acompañamiento. Probablemente también las primeras seguiriyas y las livianas, puesto que existió una toná-liviana con hasta cuatro variantes.
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